
Cambiar una bañera por un plato de ducha puede tener varios beneficios. Aquí hay una lista de algunos de ellos:
- Accesibilidad: Un plato de ducha suele ser más fácil de acceder que una bañera, lo que lo hace ideal para personas mayores o con movilidad reducida.
- Seguridad: Al eliminar la barrera alta de la bañera, se reduce el riesgo de caídas y accidentes en el baño.
- Ahorro de espacio: Los platos de ducha ocupan menos espacio que las bañeras, lo que puede ser beneficioso en baños pequeños, permitiendo una mejor distribución del espacio.
- Mantenimiento más fácil: Los platos de ducha son más fáciles de limpiar que las bañeras, ya que no tienen rincones complicados donde pueda acumularse la suciedad o el moho. Además vienen con tratamientos que impide la proliferación de microorganismos y hongos.
- Ahorro de agua: Las duchas suelen consumir menos agua que los baños de inmersión, lo que puede resultar en un ahorro significativo de agua a largo plazo.
- Estética: Los platos de ducha vienen en una variedad de diseños y materiales que pueden mejorar la estética del baño, dándole un aspecto más moderno y elegante.
- Rapidez de instalación: En muchos casos, cambiar una bañera por un plato de ducha puede ser un proceso más rápido y sencillo que reemplazar la bañera, lo que significa menos tiempo de obra y molestias.
- Valoración de la vivienda: En algunos casos, la instalación de un plato de ducha en lugar de una bañera puede aumentar el valor de la vivienda, ya que muchas personas prefieren ducharse a bañarse.
